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Historia de bus, migrantes y diásporas

Actualizado: 7 dic 2023


Ser migrante es una postura en la que muchos hemos estado o podemos estar y ¡Está bien movernos de lugar! Aunque a veces lo veamos como un asunto lejano o ajeno, acá algunas reflexiones del tema.

Esta es una #historia de vida triste y alentadora a la vez, que conocí mientras viajaba en #bus: una mujer se subió a vender estas toallas, mientras las ofrecía decía que es #Venezolana, diseñadora de modas de alta costura y mamá de dos chicos.

Ella contaba, mientras ofrecía las toallas, en medio del movimiento del bus y de la gente pasando, que con la crisis de Venezuela aguantaron mucha hambre, "hasta que agarré mis dos muchachos, dos máquinas de coser y me vine... ahora estoy feliz aquí en #Medellín. Aunque no me reciben en las confecciones por falta de la cédula colombiana ¡Aquí hay #comida en abundancia! Eso es invaluable, además, con mi trabajo y el de mis hijos estamos bien ¡Incluso estoy caderona! He subido 6 kilos en tres meses que llevo acá".

Expresaba ella con buen sentido del humor, lo cual me conmovió bastante.


Al igual que muchas personas, algunas a quienes les conté la historia, yo he sentido temor en algún momento, pensando en que los colombianos y medellinences ya tenemos condiciones sociales difíciles, por #desempleo y otras carencias, "ahora, si se vienen el montón de venezolanos"...

Ante este panorama me surge la inquietud ¿y si estuviéramos nosotros bajo el mandato de un dictador como Maduro, enfrentando las duras condiciones en que viven hoy allí, qué haríamos?

Seguramente buscaríamos también una vida en otro lugar, con todo y el desarraigo que eso implica.


Relacionado con esta historia, hace poco escuché una palabra desconocida para mí y fue el tema principal del evento "Fiesta del libro y la cultura, de la ciudad de Medellín": Diásporas.

Sobre su significado encontré: Conjunto de #comunidades de un mismo #origen o una misma condición, establecidas en distintos #países, lo cual trajo a mi memoria esta historia de migrantes venezolanos, además de inquietudes que me llegan por montones.

Yo incluso soy una inmigrante en esta bella ciudad, con el tiempo, como sucede con otras cosas, este hecho se vuelve paisaje para quienes venimos de otro lugar.

Pienso que en Colombia tenemos bastantes historias de migración: aunque algunas son realmente de #desplazamiento forzado, cargadas de dolor y violencia, es realmente desgarrador escucharlas y lo peor es saber que estas vivencias se repiten sin cesar.

Me conmueve y siento gran tristeza pensar principalmente en las familias campesinas que llegan cada día a la ciudad de Medellín, al área metropolitana, a los grandes y poblados centros urbanos de Colombia, sin más pertenencias que su ropa en una bolsa o una caja, dejando atrás su casa en el #campo, su hogar, su #tierra, sus animales, ¡Sus vidas! Sabiendo además, las situaciones difíciles, historias de #drama y terror que afrontan estas personas, antes de que llegue el momento cumbre de su partida.


Creo que las migraciones de familias campesinas a la ciudad es un factor común en Colombia y en #Antioquia específicamente. Fue escribiendo este texto, que comprendí la cercanía del tema, debe tener algo que ver la historia familiar: mi madre y su familia llegaron a establecerse en el pueblo de #Sevilla en el municipio de #Ebéjico, mi pueblo natal, huyendo de "la chusma", que era el nombre que recibían los grupos armados que más tarde se convertirían en la guerrilla, quienes buscaron quedarse de forma ilegal con la finca de ganado de mi abuelo.

De estas familias cuya migración se da forzada por otras personas, originada por circunstancias violentas, hay afortunadamente historias de gente que encuentra una vida digna y feliz, sin embargo, el proceso de adaptación puede implicar un poco más de esfuerzo y trabajo, lo cual en ocasiones actúa para bien: forjando el carácter, tejiendo relatos que incluyen excelentes logros a nivel personal y profesional.


Ahora, me pregunto con frecuencia, si parece que ahora los seres humanos empezamos a tener mayor #consciencia y hay mayor claridad de que las #guerras y la #violencia no son el camino indicado,

¿porqué en #Colombia y los países #latinoamericanos seguimos viendo con frecuencia tragedias, drama, pobreza, #desigualdadsocial y económica?

Agregando un flagelo que es el resultado de la avaricia de unos cuantos, de sus ansias desmedidas de dinero y poder: la corrupción de la clase política.


Es triste ver cómo se desvirtúa la vocación de servicio que deberían tener y transmitir los servidores públicos y en el caso de Venezuela, además se hace completamente evidente la gran capacidad de destrucción que tenemos los seres humanos. Para mí es increíble ver que un grupo reducido de personas pueda arrasar con un país de esa forma: su gente, su historia, su #riqueza material y cultural... realmente devastador.

Frente a estos hechos, y aclarando que sé poco de #historia patria, he escuchado una explicación que puede sonar extraña, pero resulta razonable: posiblemente estas situaciones, vivencias tristes y difíciles, tengan que ver con #memorias culturales y familiares dolorosas que como #pueblos latinoamericanos. hemos vivido desde la colonización, por la "conquista" de los españoles. Incluso el origen de este hecho, es un relato de migrantes, que partió en dos la historia de la #humanidad.


Pensando en esto, se me ocurre entonces la inquietud: ¿Será que culturalmente estamos condenados a repetir las invasiones violentas, que generan la migración y el desplazamiento de tantos?

¿a repetir el hecho de que algunas personas se dejan llevar por la sed de poder y avaricia, para arrebatarles a otros sus bienes y su tierra?

Pero ese acto de crueldad de algunos va más allá, una consecuencia menos evidente pero más profunda, es quitarle a otros la posibilidad de conectarse con su historia, sus tradiciones, sus ancestros, porque eso es lo que para muchos significa su tierra, el campo, o ese lugar de origen. De ahí que en ocasiones migrar implica romper la conexión con la #tierra, ese elemento que nos da piso, que representa sustento, #alimento, estabilidad y #abundancia. Ese terruño, es además para muchos, el lazo que une #familias generación tras generación, que permite el contacto y la cercanía entre sus miembros.

Mi recomendado

Para saber más sobre la historia sórdida y escalofriante de la #colonización, que vale la pena conocer para evitar repetirla, siendo consientes de memorias culturales dolorosas y con excelente narración, un libro clásico es: Las venas abiertas de América Latina de Eduardo Galeano, además, un poco más reciente e igual de ecarretador está el libro Ursúa de William Ospina.

Ahora, desde otro punto de vista, podemos pensar en esas #diásporas, como la gran cantidad de colombianos que están ahora en otros países del mundo. Muchos de nosotros tenemos familiares, amigos o personas cercanas que han emigrado, incluso puede ser que tengamos en nuestros planes viajar fuera de #Colombia, sea por turismo, planes laborales o educativos.

Es ahí, estando afuera y como #extranjeros, que podemos ser más conscientes de las implicaciones de ser #migrante, enfrentando múltiples dificultades: un idioma que no se domina, climas extremos y difíciles, formas de relacionarse menos cercanas, normas sociales y legales estrictas, poco flexibles, estilos de vida y culturas bastante diferentes, extrañando factores simples y cotidianos como la comida por ejemplo.


Frente a esta posibilidad y mirando el asunto de las diásporas con unos lentes más amables, cuando se hace de forma voluntaria, escuché hace poco una propuesta, una sugerencia muy chévere de buen augurio, si hay planes de dejar el país, incluso se puede considerar hacerlo sin necesidad de tener este plan en específico: dedicar un espacio, un momento especial a una especie de #ritual para agradecer a este país todo lo vivido, a esta tierra lo recibido, antes de partir.

Este hecho va a permitir cerrar un ciclo de forma sana, salir con la #menteabierta a aprender, conocer y #disfrutar otras culturas, personas y lugares, desde el desapego, dispuestos a amar el cambio, a ver con ojos de gratitud todas las novedades que puedan llegar, poder embarcarnos en una aventura y disfrutar el viaje con capacidad de asombro, con mirada de turista.

Mi recomendado

Una charla chévere con recomendaciones interesantes y testimonios de algunos migrantes se presenta en el video Diásporas e integración: las experiencias de inmigrantes en Montreal [Click aquí para ver el video], publicado por https://fiestadellibroylacultura.com/

Ahora, otra inquietud que se me viene a la cabeza con respecto a las diásporas, es

¿qué imagen estamos dejando las comunidades de colombianos, en otros países?

Como es usual, pueden haber muchos tipos de respuestas: Historias de éxito, superación, creatividad e ingenio. Hay personas con propósitos nobles, sirviendo en grandes empresas o emprendiendo sus proyectos, así también, otras que no son tan buenas embajadoras del país. Miles de experiencias, unas más positivas que otras. Algo interesante que escuché en el video recomendado: la charla de inmigrantes en Montreal, Canadá y creo que es una de las mayores dificultades que enfrentan los #latinos allí, es acatar la norma. Pienso que es realmente un reto para nosotros, al provenir de una cultura un poco folclórica y conveniente.


Con esto en mente, incluso sin planes de viajar, con el propósito de heredar un mejor lugar, una sociedad más chévere, justa, equitativa y amable para las nuevas generaciones, en Medellín y en Colombia, vale la pena preguntarnos:

será que ¿soy un buen ciudadano?

¿Qué tan fácil es para mí cumplir la norma? será que ¿soy experto en ver que otros no la cumplen, pero se me pasan mis embarradas?

Estas inquietudes me llegan sin pesar en juzgar, solo que a veces es mucho más fácil "ver la viga en el ojo ajeno". Incluso puede pensarse desde la #convivencia cotidiana con los más cercanos, ¿qué tan buen vecino soy? ¿viviría con alguien como yo?, suena chistoso, pero es un cuestionamiento interesante.

El mundo está hoy más interconectado que nunca, es así que, en toda la humanidad hoy se lidia con una #pademia común a todos los países.


Pienso además, que cada vez se hace más fácil viajar, por lo que debería ser una una experiencia amable para todos: tanto para los habitantes que están siempre allí, como para el extranjero que llega, bien sea de forma temporal o por un periodo de tiempo largo.

Relacionado con esto, hay un fenómeno difícil de entender que aún suceda: la #xenofobia, de la mano de la discriminación racial; para mí, es increíble que en esta época haya gente que crea en razas superiores a otras. Esto dejando claro que el otro extremo, que suele darse en nuestro entorno: la #xenofilia, es decir, el amor que sienten algunos individuos por personas de otros países o culturas, puede ser también perjudicial. En este caso, si que vale la pena aplicar el #equilibrio: evitar ser lejanos o distantes, pero sin dejarnos "deslumbrar por sus espejos", pensando en historias de indígenas y colonizadores.


Varias invitaciones finales frente a las diásporas y la migración:


Primero, sea porque vengan de #Venezuela o de otro país, de una ciudad diferente de #Colombia, de un municipio de #Antioquia, de un pequeño pueblo o de una vereda, vale la pena mirar a los #migrantes y desplazados, con compasión. Ser amables con ellos, brindarles una sonrisa y si nos es posible ayudarles, compartir mínimamente nuestras mejores intenciones y deseos para que se alivien sus penas y sufrimientos: que puedan volver a su lugar de origen, si así lo desean, que recuperen sus lazos ancestrales y familiares, sus memorias, sus bienes materiales, su conexión con la tierra, con sus orígenes y con la vida.

Segundo, practicar la gratitud por este #país, esta tierra que nos da piso y nos alimenta, sabiendo que estamos aquí por una razón, que frente a otros lugares, tenemos ventajas que deberíamos amar y saber aprovechar, como la gran diversidad en muchos sentidos, un #clima estable y amigable, #frutos de la tierra sabrosos y abundantes, riqueza racial y cultural, abundancia en #agua y otros recursos naturales, las múltiples formas y colores, pero también aspectos a mejorar: pensando especialmente en aspectos políticos, sociales y culturales, que podemos contribuir a mejorar con nuestros #actos, incluso puliendo la intención y el propósito que ponemos en esas acciones, siendo conscientes de esto cada día.


Tercero, mirarnos con imparcialidad y verdad, para saber:

¿qué tan buen vecino soy? y ¿qué tipo de embajador soy?

De mi país, mi ciudad, mi familia, incluso sin salir de casa, ¿qué transmito a los demás?

Un aprendizaje reciente desde el #yoga, muy valioso para mí es: llevamos nuestra #casa con nosotros y no una casa material, es el #equipaje metal y emocional que cargamos cada día y se evidencia en nuestras palabras y actos. La inquietud es ¿qué tan conscientes somos de ese "equipaje"?


Un gran propósito e invitación para todos es ofrecer nuestros pensamientos y acciones más nobles a todas las personas, en especial a las menos afortunadas, practicando la #empatía, poniéndonos "en sus zapatos". Interactuar con otros sin sentir que somos más por lo que tenemos hoy, pues nadie está libre de vivir situaciones adversas, es necesario recordar que el #cambio es lo único constante en la #vida, que la #incertidumbre estará siempre presente y que no estamos libres de estar en posiciones menos favorables de las que estamos ahora. Además, la inercia es algo que nos asecha a los seres humanos, nos da dificultad movernos y aceptar los cambios, queremos seguir la senda que llevamos, pero las circunstancias que hemos vivido en este año 2.020 nos dan el mensaje de que como humanidad, hay asuntos que debemos replantearnos.

Como viajeros en esta aventura de la vida terrenal, todos anhelamos ser acogidos, respetados e incluídos, como miembros de una comunidad, más aún si llegamos a un nuevo lugar, con componentes culturales y costumbres diferentes. La invitación es a #brindar y #compartir siempre esa buena energía que queremos ver y recibir de otros.

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