El valor de la transparencia

Puede ser considerado un término de moda, promovido en algunas organizaciones y por el momento político en Colombia. Esperamos transparencia de otros, pero vale la invitación a  cuestionarnos: ¿Que tan transparente soy, desde mis pensamientos, palabras y actos? 

La bella imagen es cortesía de mi amiga y fotógrafa @johana_muribe

Hace unos años, mientras trabajaba en una empresa de salud pública en parte, viví una situación incomoda, bueno fueron varias realmente. Inició con la llegada a la institución un nuevo líder general, sabíamos que iba a implicar cambios para todos. Efectivamente, luego de un tiempo, se notaban directrices y #comportamientos extraños de algunos líderes, empezaron los comentarios de pasillo, todo indicaba que algo raro estaba pasando, parecía ser algo sucio, se percibía un ambiente denso, hasta que se hizo cada vez más evidente para todos lo que parecía ser caso de #corrupción. Para mí era una sensación extraña, de gran impotencia, no sabía qué pasaba exactamente, ni cómo actuar.

En la #vidalaboral, hay personas cercanas, de esas que no son amigos, sin embargo compartes con ellos todos los días y se generan lazos afectivos, sentí gran tristeza de verlos mal, muy afectados, contrariados por seguir órdenes sin sentido o sabiendo que iban en perjuicio de otros.

Pasaban cantidad de situaciones estresantes, al mando de personas que tomaban decisiones que nadie entendía, solo para su conveniencia personal en detrimento de la institución, los empleados y usuarios. Es posible que el término correcto sea: "detrimento patrimonial".   

Finalmente, la cantidad de movimientos incluyó la salida de un grupo de contratistas entre los cuales estaba yo. Tiempo más tarde fui consciente de que había querido irme antes de ese lugar, sin embargo no tome la #decisión por miedo. Entonces sucedió que la vida tomó la decisión de sacarme de allí. Recuerdo que cuando me dijeron que mi contrato no continuaba sentí alivio, pues un poco de susto también, era una mezcla extraña de #emociones. El asunto es que sentí además tristeza por lo que estaba pasando allí, con gente a la que apreciaba, que se quedaría en medio de un ambiente laboral maluco, insano.

Hace poco estuve en una charla sobre la #transparencia a nivel laboral. Es uno de los valores adoptados hoy por muchas organizaciones para evitar conflictos de intereses y riesgos de corrupción. Eso me hizo pensar en esa palabra más a nivel personal, cuestionando su ausencia a nivel político, evidenciado recientemente en el país. Creo que la política es un tema difícil, me gusta poco, sin embargo, entiendo su importancia para mi #calidaddevida y la convivencia social en la #humanidad.

Justo acerca de la corrupción, recordé que hace un poco más de un año, en un momento álgido por numerosas protestas y paros en #Medellín y otras ciudades del país. En medio de lo convulsionado del ambiente, escuché una reflexión sobre un hecho real: en una de las protestas, se produjo un ataque a un almacén de cadena, muchas personas aprovecharon para llevarse diferentes artículos, entre ellas se pudo observar a una de las señoras presentes llevándose algunos productos de aseo. La reflexión que me dejó pensando creo que la hacía un periodista, era que esa señora era probablemente una mamá, tía o abuela, entonces:

¿que #ejemplo estaba dando ella?

¿Es esta señora una víctima o victimaria para el "sistema"?

En casos como este, es bueno ser conscientes que el hecho de saquear dicho supermercado puede generar un perjuicio inicialmente al o los dueños, pero además, dejar a un grupo de personas sin #empleo. Posiblemente, el hecho de "robar", en ese caso fue cuestión de dejarse llevar por lo que otros hacen.

Finalmente, este acto se convierte en un eslabón de la cadena de actos de corrupción que tanto juzgamos y rechazamos, por ejemplo de políticos que terminan desangrando los bolsillos del estado. Estos evitan que lleguen servicios públicos básicos como la #salud y educación para los más necesitados.  

El asunto es que en la medida en que se perjudica a dueños de empresas, negocios, o a instituciones públicas y privadas pues el efecto negativo repercute en sus empleados, proveedores, socios, aliados y en la #economía de todos finalmente.

Creo que por ahí es por dónde se debe empezar, teniendo presente la ley universal del #equilibrio: lo que sale de mí, regresa y multiplicado, porque NO estamos separados de ese compañero del colegio, vecino o compañero de trabajo, finalmente a mí también me afecta lo que pase a todos a mi alrededor.  

Creo que todos en algún momento de la infancia nos aprendimos los 10 mandamientos de la #religión católica: Amar a Dios sobre todas las cosas, No matar, en fin. La idea es que en muchas ocasiones estas reglas llegan a nosotros en la infancia sin una enseñanza del "para qué", llegan impuestas... Simplemente "son órdenes", mandatos que se deben obedecer sin cuestionar.

Desafortunadamente, la #ética y el buen comportamiento en nuestra sociedad se ha enseñado desde la prohibición, con un lenguaje poco asertivo. Dentro de esas normas de comportamiento ha tenido gran influencia la religión. 

Afortunadamente, hoy hay muchos recursos y herramientas, se puede pensar en #educar en ética y #valores a los chicos desde las historias, a través de algunos libros por ejemplo. Hay historias que traen enseñanzas con las que nos sentimos a gusto, nos muestran cómo SI debemos actuar y el "para qué" de actuar correctamente, incluso desde la bondad y la compasión.

Es por esto que vale la pena reaprender, sea cual sea nuestra edad, estrato socioeconómico o condición. Podemos ser conscientes de los valores que rigen nuestra vida cada día, desde un lenguaje positivo, sin prohibiciones. No necesitamos un policía o un Dios vigilante que nos recuerde la regla de "No robar". Creo que el hecho de ser conscientes y practicar la #compasión por todos y todo lo que nos rodea, ayuda mucho a evitar caer en la tentación de actuar dejándonos llevar por lo que hacen otros, como Vicente "para donde va la gente"- así lo dice el dicho popular-

Estos principios de comportamiento, han existido incluso mucho antes de la religión católica. En la imagen se observan, así y todo, con nombres extraños para muchos: los primeros, son las raíces del árbol llamados Yama y Niyama, hacen parte de la enseñanza de un maestro clave en la historia del #yoga llamado Patánjali: quien propuso la teoría de los 8 eslabones para llegar a la iluminación, como se muestra en esta ilustración tomada de https://yoga-shakti.net/yamas-y-niyamas/

En estos días aprendiendo sobre ellos, pude verlos con otros ojos, otro lenguaje, una propuesta genial del profe Esteban, @estebananda.ea es poder pensar en ellos ya no desde la prohibición sino de una manera #proactiva, aclarando que SI podemos hacer. Es bueno saber que desde la Programación Neuro Lingüística o PNL, que estudia la relación cerebro-lenguaje, es más efectivo siempre usar un #lenguajepositivo, y lo podemos comprobar con un simple ejercicio: "No pienses en un elegante rosado" ... Ese "NO" inicial, es ignorado por el cerebro, de inmediato llega la imagen del elefante ante esa orden.

Aunque es la mejor forma de verlos y asimilarlos con un lenguaje positivo, al rededor del tema, en el grupo de estudio discutíamos que es un reto cumplir estos "Yamas" mirándolos del nuevo modo.

Ser compasivos siempre es un desafío. Y hacerlo aún con el vecino que te pone la basura en la acera ¡eso sí que es un reto! Porque practicar "No violencia" podemos verlo fácil, comunmente la violencia se asocia a agresividad, algo así como llegar a los golpes y pues no llegamos hasta allá con frecuencia, pero podemos ser indiferentes.  

Así puede pasar con los otros Yamas: ser generosos por ejemplo puede costarnos. A veces robamos a otros, cosas tan simples pero valiosas como su #tiempo, su paz y #tranquilidad. Es frecuente que estás prácticas nos cuesten incluso con nosotros mismos, somos duros y auto-exigentes, hay poca dulzura y a veces más crueldad y negativismo, aún desde los pensamientos que tenemos hacia nosotros mismos inicialmente.

Una analogía muy chévere que recuerdo del grupo de estudio del #BaghavadGita es sobre la formación de los diamantes que tienen esa propiedad de la transparencia. Recuerdo que Esteban nos decía, que a diferencia del carbón -hecho del mismo material-, el #diamante se forma luego de un proceso exigente, bajo mucha presión, de donde logra extraer una joya preciosa. Así, la propiedad de ser transparentes requiere de un proceso de #cultivointerior. Teniendo en cuenta que estamos inmersos en una cultura que nos lleva usualmente por el camino de buscar ser aceptados, aprobados por otros, pero además se prioriza la conveniencia personal, el obtener y atesorar a costa de cualquier medio y en esa búsqueda a veces se pierde lo más valioso: la #integridad y los valores.

La invitación hoy es a empezar a observar mis pensamientos.

A la par de observar, podemos auto cuestionarnos: ¿Que tan transparente soy, desde mis pensamientos, mis palabras y actos?

Empezando por admitir y aceptar mi #oscuridad, mis sombras, no se trata de negar o de esconder eso "maluco" que vemos adentro, más bien podemos ser conscientes de todos esos contenidos internos indeseados, para empezar a transformar con compasión, desde el amor.  

El asunto es tener presente que es un #proceso. Estar constantemente en ese camino, con hábitos cómo tener cada día momentos de #silencio, soledad, e introspección. Prácticas cómo la oración o la meditación son necesarias, generan estados de calma, de #paz, que pueden estar cada vez más presentes en nuestras vidas, para tomar decisiones más asertivas para mí y quiénes me rodean.

A veces estamos muy en el afuera, incluso interviniendo, "ayudando" a otros, sin tener claro lo que pasa #adentro, todo ese equipaje interno que cargamos, que puede ser pesado y denso. Exige dedicar un tiempo, que puede ser corto inicialmente, para luego escalarlo y sobre todo, ser persistentes, sostener el #propósito.

Podemos elegir siempre, evitando caer en imponer o dejarnos imponer reglas o normas de comportamiento que finalmente se convierten en letra muerta. Podemos ser proactivos, seleccionando, declarando con claridad y #firmeza los valores que queremos cultivar, trabajar en ellos y SER esa TRASNPARENCIA que esperamos de otros.